De la mantequilla al cemento: Poniéndole números a la crisis

De la mantequilla al cemento: Poniéndole números a la crisis

LA HABANA, 24 de mayo  Continúa la crisis económica y de abastecimiento en Cuba. Mientras el país iniciaba un camino de cautelosa recuperación tras el paso del huracán Ian el otoño pasado,una renovada escasez de combustible ahogó nuevamente el desarrollo económico esta primavera. Según el Índice de Precios al Consumidor, la inflación se mantuvo en un alto 70 por ciento en abril.

Mientras tanto, un nuevo desarrollo son las tiendas de abarrotes de gestión privada, que hasta ahora han surgido principalmente en La Habana, y venden productos que de otro modo solo estaban disponibles en moneda extranjera en pesos. Fueron posibles gracias a las nuevas oportunidades de importación para las empresas privadas.

Sin embargo, los precios en las tiendas pequeñas son exorbitantemente altos (por ejemplo, 700 pesos, alrededor de U$6, por 125 g de café), pero siguen siendo una alternativa al mercado negro, incluidos los estantes refrigerados.

“Es cierto que los precios son muy altos, pero al menos ahora hay un lugar donde puedes encontrar estos productos de manera confiable”, resume una youtuber cubana en su primera visita a las nuevas tiendas.

Surtido de un supermercado privado en el casco antiguo de La Habana (Fuente: Yoliene/Youtube)
Sin embargo, hasta el momento no se vislumbra el final de la actual crisis de suministro. La magnitud de la dramática situación la muestran las últimas cifras de la Oficina Nacional de Estadística (ONEI), que a continuación profundizaremos.

Una de las publicaciones más informativas son los datos de la industria manufacturera publicados hace unos días. Aquí hubo caídas en casi todos los sectores. Lo que llama la atención es que las caídas de producción continuaron en 2022 a pesar de un ligero crecimiento nominal, presumiblemente debido a la crisis energética en curso.

Por ejemplo, la producción nacional de aceite vegetal en Cuba se ha reducido prácticamente a la mitad desde 2019, cayendo de 20 800 a 10 700 toneladas en 2022. Aquí, la disminución anual más pronunciada del 60 % se produjo entre 2021 y 2022. La siguiente tabla muestra una selección de diferentes productos producidos por la industria cubana entre 2019 y 2022. Las cifras de producción en la celda de cada año están en miles de toneladas métricas a menos que se indique lo contrario:

Tabla 1: La celda de 2022 también muestra el cambio porcentual desde 2019 (fuente: ONEI).

Las caídas son bastante dramáticas en la mayoría de los casos. Llama especialmente la atención la caída en la producción de fertilizantes, productos lácteos y bebidas.

Para otros productos como el jabón o el pan, la caída fue menos severa. Cabe señalar, sin embargo, que 2019 ya no fue un año particularmente bueno para la economía cubana. En comparación con los «años gordos» retrospectivos alrededor de 2014-17, las disminuciones suelen ser aún mayores.

Los últimos años, se puede notar, hicieron retroceder a Cuba varias décadas en el proceso de industrialización.

Pero la producción de la industria nacional no da el panorama completo, porque además, el consumo cubano se compone en gran medida de productos importados. Una mirada más cercana a las estadísticas del comercio minorista estatal, que también se publicaron recientemente, es útil para obtener una imagen más completa.

A primera vista, las ventas en 2022 volvieron a subir ligeramente, mientras que las de productos cárnicos (-18,6 %) y azúcar (-25,8 %) bajaron significativamente. Sin embargo, si se incluye la tasa de inflación oficial, el balance se ve diferente: los cálculos del economista Pedro Monreal muestran caídas del 62 por ciento en las ventas de pan y bollería, 63 por ciento en arroz, 66 por ciento en aceites de cocina, 70 por ciento en carne y 73,5 por ciento en productos lácteos.

Estas cifras no incluyen las ventas en el mercado negro y en tiendas privadas, que probablemente hayan aumentado.

Otra área problemática es la disponibilidad de arroz. El resumen de Monreal a continuación muestra las importaciones de arroz de Vietnam (rojo), otros países (verde) y la producción nacional (azul) de 2016 a 2022.

La línea amarilla marca la demanda anual de 700.000 toneladas. 2020 y 2021 mostraron un déficit de 20 y 17 por ciento, respectivamente. Las cifras (preliminares) de 2022 apuntan a un déficit de alrededor del 40 por ciento, lo que representa un grave colapso en el suministro de carbohidratos.

El arroz es uno de los tres alimentos básicos en Cuba, junto con el pan y los frijoles. Más recientemente, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) calculó el suministro de calorías en Cuba en unas exuberantes 3.346 kcal por persona por día en 2020 (ligeramente por debajo de años anteriores). Las cifras para 2021 y 2022 aún no están disponibles y es probable que marquen una caída significativa.

Gráfico 1: Importaciones y producción nacional de arroz en Cuba, 2016-22 (Fuente: Pedro Monreal/Twitter).

Por último, echemos un vistazo al sector del transporte y la logística. El número de pasajeros transportados en 2022 aumentó alrededor de un tercio en comparación con el año de confinamiento de 2021, de 749 millones a 1000 millones, pero todavía está muy por debajo del nivel anterior a la COVID-19 y aproximadamente a la par con el año 2003.

El transporte de mercancías, un indicador importante de la vitalidad de la economía, cayó un tres por ciento entre 2021 y 2022, de 72,3 a 70,3 millones de toneladas, tras las fuertes caídas anteriores.

Como puede verse en las cifras, la isla se mantuvo firme en las garras de la crisis el año pasado. Muchos indicadores clave continuaron deteriorándose, aunque hubo una recuperación parcial en algunas áreas.

La tormenta perfecta de caídas de ingresos relacionadas con Covid, nuevas sanciones de EE. UU., desastres (naturales) y reformas prolongadas ha demostrado ser un cóctel tóxico que ha paralizado la economía cubana hasta el día de hoy y ha llevado a un colapso masivo en los niveles de vida y el poder adquisitivo del peso cubano.

¿Entonces lo que hay que hacer? Después de abrir el sector privado, el gobierno de Cuba planea tomar contramedidas este año con un programa de estabilización macroeconómica.

Entre otras cosas, planea reestructurar las empresas estatales (que emplean alrededor de dos tercios de la fuerza laboral) y aumentar la inversión extranjera, incluso en los sectores agrícola y comercial, que durante mucho tiempo han sido monopolios estatales.

Pero para que las reformas tengan alguna posibilidad de surtir efecto, primero se debe superar la actual crisis del combustible. Mañana, se anunciarán nuevos datos sobre el estado de la economía y los próximos planes de reforma en una sesión especial del parlamento.

Queda por ver cuánto más grande será la famosa luz al final del túnel. La recuperación, si comienza de manera constante, llevará muchos años; eso ya se puede decir con certeza.

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