Vuelve el VII Triatlón de La Habana
LA HABANA, 27 feb. Por fin, tras una espera de tres años producto de la COVID-19, este 26 de febrero se realizó el VII Triatlón de La Habana, evento que como ya es habitual dio inicio en la Marina Heminwgay y concluyó en los jardines del Hotel Nacional.
En esta ocasión los atletas élites tomaron parte en la Copa América (desarrollada en la distancia olímpica), por lo que debieron vencer 1 500 metros de natación, 40 kilómetros de ciclismo y 10 kilómetros de carrera a pie antes de cruzar la raya de sentencia.
Ahora no le fue posible a Leslie Amat, la mejor triatleta cubana, incluirse en el podio de premiación, algo que en parte estuvo dado por problemas presentados la noche anterior con su corcel de hierro, hecho del cual hablaremos en un próximo trabajo.
Las ganadoras en esta ocasión en la distancia olímpica fueron la colombiana María Carolina Velásquez, con tiempo de 1.59.26 (una hora, 59 minutos y 26 segundos).
Foto: Oscar Alvarez Delgado
En segundo lugar entró la eslovaca Ivana Kuriackova, 1.59.27; tercera, Xisca Tous, Turquía, 1.59.36. Leslie Amat debió conformarse con el séptimo puesto y registro de 2.01.32. No obstante ese resultado, aún se mantiene con posibilidades reales de asistir a los Juegos Olímpicos de París 2024, claro que para lograrlo ha de mantenerse sumando puntos en cada competencia a la cual asista.
La cima del podio entre los triatletas élites la ocupó el canadiense Martín Sobey, quien en un final de infarto superó en la misma línea de meta, con tiempo de 1.43.47, al estadounidense Ka’eo Kruse, quien debió conformarse con la plata al detener los relojes en 1.43.48. El tercer lugar quedó en poder del mexicano Irving Perez, con registro de 1.43.53.
En la distancia sprint tomaron parte corredores desde los 15 años hasta otros de más de 70. En esa modalidad, la primera dama en terminar fue la cubana Nahomi Solange Hernández, 1.06.16; la dominicana Karel Ramirez, 1.07.15, entró segunda, y Salamah Mahroos, de Cuba, con 1.11.10, resultó tercera.
Mientras todo eso acontecia, desde bien temprano en la mañana un grupo de alumnos de San Alejandro, se habían apoderado de parte de los jardines del Hotel Nacional y pincel en mano llenaban de vida los lienzos que tenían delante.
Hermosa forma de demostrar, una vez más, la unidad que existe entre el deporte y el arte como formas de expresión de lo mejor del ser humano. Claro que de este VII Triatlón de La Habana aún habrían muchas historias por contar, algunas de las cuales llevaremos a ustedes en próximos trabajos.
