Una fiesta de Halloween y un disfraz de un militar nazi le cuestan el cierre al Maxim Rock

Una fiesta de Halloween y un disfraz de un militar nazi le cuestan el cierre al Maxim Rock

LA HABANA, 30. oct. El Instituto Cubano de la Música (ICM) informó del cierre del Centro Cultural Maxim Rock de La Habana tras la celebración de una fiesta de Halloween el sábado por la noche que premió el disfraz de un militar nazi.

Una nota publicada en la página de Facebook del ICM apuntó que «el hecho despertó la indignación de varias personas que manifestaron su repudio a tan deleznable suceso, tant´ño en las redes sociales como a través de denuncias directas planteadas a funcionarios del Gobierno».

«Dada la gravedad del hecho y la evidencia de la incapacidad de la institución cultural para preverlo, se tomó la decisión de cerrar, de manera inmediata, el Centro Cultural Maxim Rock, hasta tanto se esclarezcan los hechos, se hagan los análisis correspondientes y se tomen las medidas disciplinarias con cada uno de los responsables del suceso, que, además de constituir una violación de las directivas para la programación cultural, vuelve a poner sobre la mesa el tema de los peligros de la colonización cultural», añadió el texto oficial.

El ICM acusó a los administradores del centro clausurado de promover «incidentes lamentables» que «violan flagrantemente la política cultural» del régimen, «vulneran la moral y los principios sobre los que se funda el proyecto social cubano y hieren la sensibilidad ciudadana antifascista, antirracista y antisionista».

Añadió que sucesos como los ocurridos merecen «todo el repudio» y «recibirán la más enérgica respuesta del sistema institucional de la Cultura».

«Al mismo tiempo, ratificamos el compromiso de nuestra institución con la promoción de todos los géneros de la música, en particular con el rock. Sus promotores y su público, estamos seguros, repudiarán este hecho», dijo el texto oficial.

Según el portal Cubadebate, la decisión de cerrar el Maxim Rock «no es un ataque a la celebración del Halloween en Cuba».

«Creemos que no hay forma de prohibir ni detener esta práctica. Pero sí es un llamado a la corrección, atención y el trabajo político para que esta celebración no incluya disfraces como este. Ni en instituciones estatales ni en privadas», escribió el autor del texto.

«Aplaudir y premiar un disfraz de una figura causante del genocidio masivo de millones de seres humanos nos pone frente a un problema peor que va más allá del suceso y tiene que ver con la educación, la enseñanza de la historia y la formación de valores en las nuevas generaciones.

En Alemania y otros países del mundo, estas formas de representación tienen consecuencias legales. En Cuba habría que tomar medidas de este tipo, porque cada año se exacerba esta penosa situación», sostuvo.

En octubre de 2022, en medio de celebraciones de Halloween, una supuesta broma de jóvenes cubanos disfrazados con capuchas del Ku-Klux-Klan y preguntando «¿dónde están los negros?» provocó indignación en las redes sociales y fue aprovechada por las autoridades del Gobierno e intelectuales, que calificaron lo sucedido de «racismo» y «colonialismo cultural».

La fiesta de Halloween se ha insertado en Cubaentre la población joven y se viene celebrando desde hace algunos años con más fuerza en los círculos de mayor poder adquisitivo en la Isla. Sandro Castro, nieto de Fidel Castro, emprendedor y propietario de establecimientos nocturnos de fama en La Habana, ha promovido estas celebraciones en sus negocios con toda la parafernalia que conlleva.

En 2017, la revista oficial La Jiribilla atacó la celebración en nombre de costumbres, tradiciones culturales y prácticas religiosas que después de 1959 fueron silenciadas, invisibilizadas, perseguidas, censuradas.

Más tarde, el exministro de Cultura Abel Prieto se pronunció de manera similar en un artículo en Granma en el que se quejó sobre el renacer en Cuba de la «identificación entre lo yanqui y lo moderno», acerca de la utilización de símbolos de EEUU para atraer.

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