¿La basura? Esperando
LA HABANA, 9 oct. La recogida de desechos sólidos ocupa y preocupa a quienes la generan y, por supuesto, a los que deben o tienen la obligación de recogerla.
De todos es sabido que esa acumulación favorece la propagación de vectores –con el consiguiente riesgo de transmisión de enfermedades, no solo moscas, cucarachas y roedores, los cuales encuentran un “paraíso” en cualquiera esquina; sin contar el mal olor y en muchas ocasiones interrumpe el tránsito vehicular o paso de los vecinos.
Es tiempo de buscar solución a un problema que se ha convertido en un tema cíclico en la agenda ciudadana y, sobre todo porque no es mucho más el volumen de desechos que podemos observar en municipios de grandes aglomeraciones de personas; pues no es igual vivir en un reparto – donde las viviendas están separadas por grandes espacios- u otros como Centro Habana, La Habana Vieja, el Vedado e incluso en Alamar, La Habana del Este, donde en una cuadra puede haber en edificios más de cien núcleos y sólo quienes habitamos lugares así conocemos del verdadero valor (sin ser absolutos) que tiene la higiene.
En el caso específico de ese reparto del este, el carro colector se lleva la basura de los contenedores pero no pueden retirar la que es vertida como resultado de limpieza de jardines o sembrados, desechos de construcciones u otras que los vecinos tiran sin ningún miramiento y, aunque el contenedor esté vacío, permanece en sus alrededores durante días y días, hasta que pueda ser retirada por una pala mecánica: un equipo que conlleva a un gasto mayor de combustible e implica camiones, por supuesto para el traslado del escombro.
Enfrentamos una situación real con la falta de piezas y otros recursos para la movilidad de estos equipos implicados en la retirada de basuras y desechos voluminosos; aunque se convoque a empresas y organismos que apoyan, sino disponemos de un principal recurso: ¿Qué hacemos cada uno de los ciudadanos para contribuir a mantener la higiene comunitaria?
No me refiero, por supuesto, a que debamos asumir la recogida.
¿Podrán los nuevos gestores económicos pensar en recoger la basura? ¿Se logrará hacer un negocio con la basura?, ¿Acaso no sirve para producir compost para los terrenos de cultivos?
¿Se conseguirá pagar a quienes la recojan con el uno por ciento que se le asigna a los municipios? Lo que si es cierto que no se puede depender de donaciones en algo tan importante como la recogida de desechos sólidos porque ahí va la salud de muchos; por no decir de todos.