Gobierno cubano venderá divisas a un cambio superior al oficial y por debajo del informal
LA HABANA, 15 mayo El ministro de Economía y Planificación de Cuba, Alejandro Gil Fernández, anunció la implementación de un nuevo experimento para «establecer con gradualidad un esquema cambiario selectivo para la venta de divisas a proveedores nacionales estatales y no estatales, pactando con ellos niveles de producción y precios para su comercialización en pesos cubanos», publicó el portal oficial Cubadebate.
Gil admitió que «hay una pieza faltante en el diseño», la venta de divisas a la población, y que «hay una brecha entre el tipo de cambio oficial y el informal de 1×125», pero dejó al cubano de a pie fuera de la nueva ecuación presentada ante la Asamblea Nacional del Poder Popular.
«No es cierto ni podemos sacar a priori la conclusión de que el tipo de cambio informal es el tipo de cambio de equilibrio de la economía. Ese es un mercado muy finito en transacciones. Ese mercado no tiene como oferta los principales ingresos del país que provienen del níquel y el turismo.
Ni tiene como demanda las principales (importaciones) del país, los combustibles, alimentos, etc. Es un mercado muy restringido para sacar la conclusión de que este es el tipo de cambio que da equilibrio a la economía del país», dijo.
Según el ministro, tampoco tienen por qué «salir a vender divisas a 125 pesos. Ese no es el tipo de cambio que equilibra la economía».
«Tenemos que manejarnos en un punto intermedio. De manera selectiva y gradual tenemos que ir dando los pasos para ir generando un esquema secundario», insistió.
«No lo llamamos mercado cambiario. Se trata de un esquema secundario de asignación de divisas en el que se pueda vender a actores económicos estatales y no estatales a un tipo de cambio superior a 24, pero inferior al informal, lo que nos va a permitir respaldar producciones que luego se venderán a la población en moneda nacional», dijo el defensor de las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC).
Según Gil, este proceso comenzará por productos de alta demanda en el país y permitirá avanzar para, más adelante, «restablecer la venta de divisas a la población».
Sin embargo, aclaró que esto último «no es hoy, ni mañana». Como ha justificado con las cuestionadas tiendas en divisas, el Gobierno se concentrará «en hacer llegar productos y en cómo garantizar la sostenibilidad del país».
Este esquema secundario, «que se implementará de manera selectiva y gradual, será conducido administrativamente en la medida en que podamos ir ampliando la entrada de más actores económicos. Ir, por esa vía, aumentando la oferta en moneda nacional, la recogida de liquidez, y avanzando en el equilibrio monetario del país», dijo Gil Fernández.
Calificó las medidas como «audaces, innovadoras» y dirigidas a «enfrentar con objetividad las complejidades». Depositó en la nueva «estrategia» la esperanza de la recuperación, aunque atribuyó la velocidad a «factores externos».
La inflación en Cuba, marcada por la necesidad de MLC o divisas para conseguir desde boletos de avión y electrodomésticos hasta productos de primera necesidad como son los alimentos, se vio agravada por las reformas económicas aplicadas a inicios del 2021, que limitaron notablemente el poder adquisitivo de los cubanos.
Otra de las medidas que afectó el valor del peso cubano fue la prohibición de la venta de dólares en los aeropuertos, único lugar donde el Estado ofreció este servicio al cambio oficial (1×24) hasta mediados del pasado año para quienes viajaban al extranjero.
A inicios del presente año la empresa Bloomberg, especializada en temas financieros, calificó al peso cubano como la moneda más depreciada del mundo en el período comprendido entre el 1 de enero de 2021 y el 5 de enero de 2022.
El periodo analizado por Bloomberg es precisamente el de aplicación en Cuba de la Tarea Ordenamiento, uno de cuyos propósitos, según las autoridades, sería revalorizar el papel del peso cubano.
No obstante, la vorágine de medidas económicas que supusieron la unificación monetaria y cambiaria, el aumento de la masa salarial, del déficit fiscal, de la inflación planificada, entre otras, fueron un fracaso económico anunciado que en vez de mejorar la vida de los cubanos los ha sumido en peores privaciones.