Criar ‘gallinas semi rústicas y codornices’: la solución del Gobierno
LA HABANA, 9 oct. En medio de una aguda escasez de huevos en Cuba, y cuando 30 unidades de este alimento cuestan entre 2.700 y 3.000 pesos (entre 20 y 24 dólares al cambio oficial), la alternativa del Gobierno es criar gallinas semi rústicas y codornices en varias zonas del país. Las autoridades argumentan que la escasez de combustible, la falta de piensos industriales y de materias primas son algunos de los factores que han afectado la producción.
«Estas aves son más fáciles de alimentar ante la falta de piensos industriales para la crianza de otras razas, porque se mantienen con comida alternativa y pasto verde (hierbas, insectos, materias minerales y otros alimentos como leucaena, frijoles gandul y soya, maíz).
La codorniz, por ejemplo, consume menos y su tiempo de producción es relativamente corto», señala un reportaje publicado por la web oficialista Cubadebate.
En declaraciones a ese medio, Zeikel, un campesino de San Cristóbal, en Artemisa, cuenta que «una lata de pienso, si la encuentras, cuesta alrededor de 1.500 pesos, y una libra de maíz seco, por ejemplo, 50 pesos».
«Tengo 10 gallinas y no tengo casi ganancia. Estoy vendiendo los cartones en 1.800 y la gente ni siquiera espera a que esté completo y se lo llevan por docenas», agrega.
Los problemas con la producción de huevos en Cuba no son nuevos. Un reporte del periódico estatal Venceremos recoge que en 2021 se produjeron en Guantánamo poco más de 64 millones de huevos, nueve millones menos de lo planificado.
En 2022 el déficit con respecto al plan fue del 50% y, según el artículo, fueron «la insuficiente alimentación de las gallinas y la entrada tardía de sus reemplazos al territorio» las causas principales de la carencia productiva.
Eider Álvarez Ramírez, director de la empresa avícola en esa provincia, señaló además la escasez de combustible y la falta de materias primas como factores que inciden de forma negativa en la producción.
Hace un año, el periódico estatal Sierra Maestra señalaba en un reportaje que la Empresa Avícola de Santiago de Cuba, de un plan acumulado hasta octubre de 2022 de 387.800 aves, solamente contó con 277.600, lo que se traduce en 110.200 menos que las previstas.
La explicación que daba entonces Disney Coello Muñoz, director de Producción y Comercialización de la Empresa Avícola Santiago, era que había «una situación crítica con la materia prima para la elaboración del pienso», sobre todo con la soya y el maíz.
Ante esa situación, las aves fueron alimentadas con «cereales mezclados» que no cumplen con los requerimientos nutricionales para la producción de huevos.
«En el primer semestre del año, fuimos afectados por la mala calidad del pienso habilitado, al faltarle productos esenciales como la metionina, sustancia que influye directamente en el tamaño del huevo; de ahí que el resultado cuenta con un porciento bajo de la proteína y la energía establecidas», detallaba Coello.
En Ciego de Ávila la situación también fue crítica en 2022. Un reporte en el periódico Invasor alertaba que, como promedio, más de la mitad de las gallinas de esa provincia no estaban poniendo. El porcentaje diario de posturas rondaba el 43%, de cada 100 aves, 57 no pusieron.
La escasez de los cartones que sirven de envase para la venta de los huevos fue otro de los problemas a nivel nacional. La fábrica de La Habana se rompió en esos meses y no fue posible recolectar huevos durante varios días.
Según Cubadebate, varias granjas con el propósito de criar codornices ya se han instalado en algunas provincias. La de Pinar del Río fue la primera de las granjas avícolas que se construyeron «a manera de experimento en el país, en lo que fueran escuelas en el campo en desuso».
Tuvo un costo de 26 millones de pesos, según publicó en su momento Granma en un artículo. El inmueble convertido en granja era el antiguo preuniversitario Lázaro Acosta Paulín, cercano al poblado Briones Montoto, del municipio Pinar del Río.
Juan Carlos Cruz González, director general de la Empresa de Aseguramiento y Servicio Integral a la Ganadería, explicó en ese reporte de Granma que son instalaciones amplias y sólidas, «mucho más resistentes a los eventos hidrometeorológicos que con frecuencia azotan a Cuba».
Cuando se inauguró esta granja, tenía una capacidad para unas 120.000 codornices y se anunció su puesta en marcha con el dato de que podía aportar 24.2 millones de huevos al año. Cruz González aclaró en ese momento que el 35% de esa producción iba a venderse en divisas, «con el propósito de captar el financiamiento necesario para adquirir el pienso destinado a sustentar a las aves».
El artículo de Cubadebate publicado este lunes reconoce que ninguna de estas alternativas son suficientes para «satisfacer» las necesidades de los cubanos. «Los precios a los que ha llegado el cartón confirman ese hecho. El costo del huevo, además, encarece otros productos en cuya elaboración es clave, como los dulces», remata.
El portal oficial agrega que, al buscar respuestas sobre la actual crisis con la producción del huevo con autoridades del Ministerio de la Agricultura, los funcionarios públicos «declinaron ofrecer declaraciones».